Cuando llegaron al lugar llamado “del Cráneo”, lo crucificaron junto con los malhechores, uno a su derecha y el otro a su izquierda. Sobre su cabeza habÃa una inscripción: “Este es el rey de los judÃos”. Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: “¿No eres tú el MesÃas? Sálvate a ti mismo y a nosotros”. Pero el otro lo increpaba, diciéndole: “¿No tienes temor de Dios, tú que sufres la misma pena que él? Nosotros la sufrimos justamente, porque pagamos nuestras culpas, pero él no ha hecho nada malo”. Y decÃa: “Jesús, acuérdate de mà cuando vengas a establecer tu Reino”. El le respondió: “Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el ParaÃso”».
En la Audiencia General del miércoles 25 de octubre de 2017 el Santo Padre Francisco realizó su catequesis a partir de la reflexión del capÃtulo 23 del Evangelio según san Lucas, versÃculos 33.38-43. A continuación el resumen que pronunció en español:Â
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Queridos hermanos y hermanas:
A lo largo de este año litúrgico hemos meditado sobre la esperanza cristiana y esta es la última catequesis sobre este tema, que dedicamos al paraÃso como meta de nuestra esperanza.
La palabra «paraÃso» es una de las últimas palabras pronunciadas por Jesús en la cruz y está dirigida al buen ladrón. Ante su muerte inminente le hace una petición humilde a Jesús: «Acuérdate de mà cuando entres en tu Reino». No tiene obras buenas para ofrecerle pero se confÃa a él. Esa palabra de humilde arrepentimiento ha sido suficiente para tocar el corazón de Jesús.
El buen ladrón nos recuerda nuestra verdadera condición ante Dios: que somos sus hijos y que él viene a nuestro encuentro, teniendo compasión de nosotros. No existe ninguna persona, por muy mala que haya sido en su vida, a la que Dios le niegue su gracia si se arrepiente. Ante Dios nos encontramos todos con las manos vacÃas, pero esperando en su misericordia.
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Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los venidos de España y Latinoamérica. Los animo a poner siempre la confianza en el Señor, pidiendo que en el último momento de nuestra vida también se acuerde de nosotros y abra para nosotros las puertas del ParaÃso.
Que Dios los bendiga.
(Radio Vaticano)